[Texto publicado vía GDocs]
Aunque muchos de nosotros no éramos conscientes, lo cierto es que ya llevábamos tiempo usando “la Nube” (Gmail, Docs, Flickr, Youtube, Twitter, Facebook,…); pero en realidad no tomé “conciencia” del tema hasta la publicación en IWETEL y algún que otro blog de mensajes sobre el Cloud Computing. Lo cierto es que últimamente se está hablando mucho de ella, y aunque hay quien la critica como Richard Stallman, creo que la tendencia que triunfe será esta: que todos nuestros documentos, fotos, datos, contactos, relaciones, etc… estén en las nubes (red, web) con independencia del sistema operativo de nuestros ordenadores. Todo ello evidentemente requiere un notable esfuerzo de confianza, en tanto que implica tener menos control sobre nuestros archivos y datos (lo cual es a tener muy en cuenta en el caso, por ejemplo, de organizaciones o empresas que manejen información sensible) y confiar además en que el sistema que hayamos escogido para almacenar nuestra información no “caiga”, o lo que es peor, que cierre. En ese sentido, Marcos Ros publicaba ayer en su blog El Documentalista Enredado un interesante artículo: Cuando Google falla, del que reproduzco las siguientes líneas:
Aunque muchos de nosotros no éramos conscientes, lo cierto es que ya llevábamos tiempo usando “la Nube” (Gmail, Docs, Flickr, Youtube, Twitter, Facebook,…); pero en realidad no tomé “conciencia” del tema hasta la publicación en IWETEL y algún que otro blog de mensajes sobre el Cloud Computing. Lo cierto es que últimamente se está hablando mucho de ella, y aunque hay quien la critica como Richard Stallman, creo que la tendencia que triunfe será esta: que todos nuestros documentos, fotos, datos, contactos, relaciones, etc… estén en las nubes (red, web) con independencia del sistema operativo de nuestros ordenadores. Todo ello evidentemente requiere un notable esfuerzo de confianza, en tanto que implica tener menos control sobre nuestros archivos y datos (lo cual es a tener muy en cuenta en el caso, por ejemplo, de organizaciones o empresas que manejen información sensible) y confiar además en que el sistema que hayamos escogido para almacenar nuestra información no “caiga”, o lo que es peor, que cierre. En ese sentido, Marcos Ros publicaba ayer en su blog El Documentalista Enredado un interesante artículo: Cuando Google falla, del que reproduzco las siguientes líneas:
“…ante el fallo de Google, la reacción
de la blogosfera y de los medios de comunicación fue descubrir
la fragilidad de los datos que se sitúan en los servidores de
Mountain View y de lo que se ha pasado a denominar La
Nube (Cloud Computing).
Como acción más inmediata y para evitarnos disgustos,
se
ha sugerido la necesidad de realizar copias de seguridad de todos los
datos personales que se almacenan en los servidores de Google,
pero se sigue obviando la verdadera cuestión de fondo que es
¿cuál fue el alcance real de esa hora en blanco?...”
de la blogosfera y de los medios de comunicación fue descubrir
la fragilidad de los datos que se sitúan en los servidores de
Mountain View y de lo que se ha pasado a denominar La
Nube (Cloud Computing).
Como acción más inmediata y para evitarnos disgustos,
se
ha sugerido la necesidad de realizar copias de seguridad de todos los
datos personales que se almacenan en los servidores de Google,
pero se sigue obviando la verdadera cuestión de fondo que es
¿cuál fue el alcance real de esa hora en blanco?...”
Por otro lado, y frente a las actitudes críticas respecto de la Nube, O´Really señala que la solución vendrá de la mano de los FLOSS o sistemas operativos libres para la nube. En este
sentido en el blog de Elena Benito podemos ver una presentación sobre las diferencias entre la Web como sistema operativo (WEB OS) y la WEB como Open Source Software (WEBOSS).
Por último me gustaría comentar queGoogle (de nuevo) va a sacar este año un nuevo servicio: Gdrive, “el disco duro en la nube”, un almacén online en el que podremos guardar todo el disco duro de nuestro ordenador.
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